Las preocupaciones y preferencias en el ámbito de la Prevención de Riesgos Laborales se han visto condicionadas por la crisis sanitaria.
La pandemia del COVID-19 ha llenado el planeta de historias trágicas y situaciones que todos hubiéramos preferido evitar. Y nos ha revelado además que el mundo tal cual lo conocíamos no volverá a ser el mismo.
Nos enfrentamos a mutaciones radicales en nuestra forma de convivir y coexistir en todos los ámbitos de nuestras vidas, cambios a los que no nos quedará más remedio que adaptarnos.
Y una de estas grandes transformaciones la vamos a experimentar en nuestro entorno laboral.
Las preocupaciones y preferencias en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo ya se han visto condicionadas por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
Muchos de nuestros arquetipos y estructuras sociales, laborales e industriales han sido desmontados.
“No solo se han visto afectadas libertades individuales como la movilidad y el derecho de reunión, también las relaciones personales, sociales, así como el mercado de trabajo, las formas de trabajo y de consumo, las relaciones laborales y la protección social y en su conjunto la sociedad del Trabajo”
Editorial de la revista Seguridad y Salud en el Trabajo nº 103
Se espera un deterioro de la salud física y emocional acompañado de un incremento del estrés en el medio y largo plazo.
Hay que revisar y replantear las evaluaciones de riesgos y garantizar las medidas en los ámbitos de la higiene industrial, la seguridad en el trabajo y la ergonomía y psicosociología aplicadas.
El sector de la prevención de riesgos laborales y de la salud ocupacional necesita reinventarse y no podrá efectuarse debidamente sin una hornada de Técnicos, Jefes, Responsables, Auditores, Consultores, Directores y Formadores de calidad con ideas nuevas y conocimientos actualizados.
Aquellos que decidan reciclarse hoy, en la era del Coronavirus, liderarán el mercado en el medio y largo plazo. Son necesarios y la sociedad los necesita.